Estudios bíblicos

Algunos de nosotros cuando nos enfrentamos a la existencia de Dios nos hacemos una pregunta muy sencilla. ¿Si Dios existe, ¿qué quiere de mí?

[box type=”shadow”]Miqueas 6:8 – “Hombre, él te ha declarado lo que es bueno,
lo que pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia,
amar misericordia
y humillarte ante tu Dios”.
[/box]

Los siguientes estudios fueron concebidos para dar res puesta a la pregunta de la existencia de Dios (de forma sencilla) y lo que quiere de cada uno de nosotros de forma detallada, así como la manera de llevarlo a efecto.

Cuando se confeccionó esta serie de principios básicos, se hizo con los siguientes objetivos en mente:
[box type=”shadow”]1 Pedro 3:15 – “Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” [/box]
[box type=”shadow”]2 Timoteo 2:15 – “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”[/box]
[box type=”shadow”]1 Timoteo 4:16 – “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.”[/box]
[box type=”shadow”]Hechos 8:1,4 – “Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén, y todos, salvo los apóstoles, fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria. 4Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.”[/box]
En el grupo de liderazgo se decidió plantear los estudios de los principios básicos bajo las siguientes premisas:

  1. Diseñar estudios que sean suficientes para construir la fe de los que buscan a Dios al punto que puedan recibir la salvación y se conviertan en discípulos de Jesús.
  2. Encontrar un equilibrio entre las obras y la gracia apelando a un cambio de corazón profundo y duradero.
  3. Utilizar algunas escrituras básicas y otras alternativas que ayuden a desarrollar una convicción sobre el tema en cuestión.
  4. No entregar un sistema de estudios rígido sino uno que se pueda adaptar a las necesidades de cada persona que estudie la Biblia. No se trata de decir a los demás qué deben pensar pues la Palabra habla a cada uno en función de su necesidad.
  5. Recomendando el uso de preguntas abiertas a la hora de estudiar la Biblia con los demás con el fin de hacer reflexionar.

¡Suscríbete para recibir todas nuestras novedades!

Si no quieres perderte nada, ¡únete a nuestra lista de correo para recibir nuestras últimas novedades!

¡Gracias por suscribirte!