Dar todo por Jesús

Mensaje principal: William Lambert

Resumen: En esta prédica vemos dos historias de dos hombres que tuvieron un encuentro con Jesús. Tuvieron dos reacciones muy diferentes: uno estaba dispuesto a dar todo por Jesús, y el otro no.

Cada uno de nosotros tiene la misma opción cuando nos encontramos con Jesús y nos enfrentamos a la Palabra de Dios.

Lucas 18:18-25

• Su error está en la pregunta: ¿Qué haré…?
  • Si nos acercamos a Dios pensando, ¿qué tengo que hacer para conseguir la salvación?, hemos perdido el punto.
  • No hay nada que podemos hacer para ganarnos la vida eterna.
• Podemos pensar igual que este hombre. Pensamos: ¿Qué cosas tengo que cumplir para ir al cielo?
• Cuando nos justificamos a nosotros mismos, estamos perdiendo el punto otra vez.
• Este hombre quería que Jesús le confirmara a él que lo estaba haciendo bien (que tenía una vida ejemplar y no tenía por qué preocuparse).

Jesús mira los corazones, y sabe qué es la verdad en la vida de cada uno de nosotros.

Jesús le dijo al hombre: Te falta todavía una cosa.

• ¿Qué es la “una cosa” en tu vida?
• Jesús le puso a este hombre en evidencia, y se volvió claro que él no estaba dispuesto a seguir a Jesús.
  • Para él, sus riquezas eran más importantes que una relación con Jesús.
  • Dice que el hombre “se puso muy triste.”
• No hay alegría en poner nada por encima de Jesús.
• Solo hay un Dios, y es el único que nos puede dar alegría, vida y salvación.

Este hombre no podía seguir a Jesús porque tenía las prioridades equivocadas, y no estaba dispuesto a dar todo por Jesús.

Lucas 19:1-10

• En muchos casos, no queremos que alguien se invite a sí mismo a nuestra casa.
• Cuando Jesús se invita a sí mismo a tu casa, es diferente.
• ¿Te acuerdas de ese momento? (Cuando Jesús se invitó a sí mismo a tu casa.)
  • Él entró en tu vida sin invitación.
  • Llegó a tu corazón sin que le invitaras a él a venir.
  • Se invitó a sí mismo a tu casa, y todo cambió.

¿Notáis la diferencia entre el hombre rico y Zaqueo?

La primera diferencia se encuentra en sus reacciones:

1. Jesús le dijo al hombre rico que vendiera todas sus riquezas para dar a los pobres, y no estaba dispuesto.
2. Jesús no dijo nada a Zaqueo, y Zaqeuo decidió dar la mitad de sus bienes a los pobres y restituir cuadruplicado el dinero que había robado de la gente como recaudador de impuestos.

Uno de ellos quería hacer lo mínimo para heredar la vida eterna. El otro quería dar lo máximo posible por Jesús.

La segunda diferencia se encuentra en los resultados en sus vidas.

1. El hombre rico se puso triste y se fue porque había puesto sus bienes por encima de Jesús.
2. Zaqueo recibió a Jesús con gozo, y Jesús dejó claro a todos que la salvación vino a su casa ese día.